Podría pensarse que
el Derecho y las Leyes siempre fueron justos, o que son ecuánimes por ‘naturaleza’, lo
cual está muy alejado de la realidad. Las normas jurídicas fueron y van
evolucionando conforme a los hechos y la realidad social concreta, en función
de las luchas económicas, políticas, guerras y revoluciones, además de los
adelantos científicos y tecnológicos.
Ejemplos de todo
esto, son dos normas jurídicas aplicadas por algunos Estados y/o Reinados hace
varios siglos atrás y que demuestran un alto grado de irracionalidad y
conflictividad del Derecho de ese entonces.
La patente de corso
Era un documento
otorgado por el Monarca o el Alcalde al propietario de un barco, ya sea
comercial o de guerra, con el cual le daba el permiso de atacar barcos y
poblaciones enemigas, con la condición de que una parte del botín se repartiera
con la Autoridad que había expedido el documento. La patente de corso fue
ampliamente utilizada por Inglaterra, Francia y España, además de las naciones
americanas durante las guerras de independencia.
La patente de corso
era en la práctica, un ‘derecho’ de piratería, de asesinato y saqueo descarados
al amparo de un Rey o un Alcalde de las corporaciones municipales.
Después de que los
viejos imperios feudales y coloniales se derrumbaron o comenzaron a caer, se
eliminó la patente de corso, fue abolida en 1856 con el Tratado de París.
El derecho de pernada
Viene del latín ‘Ius
primae noctis’, «derecho de la primera noche», era el derecho que tenían los
señores feudales para mantener relaciones sexuales con cualquier doncella
sierva de su feudo y que fuera a contraer matrimonio con otro de sus siervos.
Fue una ‘figura jurídica’ ampliamente ejercida en la Edad Media, principalmente
en la Europa Occidental. El derecho de pernada no podía ser negado, bajo penas
gravísimas, pues quien se negara (sea la mujer o su marido), estaba ‘rebelándose’
contra la autoridad señorial.
El derecho de pernada
fue una forma extrema de servidumbre sexual, en donde se reproducían una serie
de relaciones de poder y opresión de forma abierta. Grandes revueltas
campesinas a lo largo de los siglos XVIII y XIX lograron derogar este ‘derecho’
señorial, que se fue extinguiendo aproximadamente a mediados del siglo XX.
Conclusión:
La patente de corso y
el derecho de pernada, son solo dos ejemplos de cómo el Derecho y las Leyes han
ido evolucionando, cambiando, de formas y esencia reaccionarias hacia normas
jurídicas más democráticas y progresistas.
Actualmente existen
importantes conquistas jurídicas democráticas, pero todavía son insuficientes e
incluso ciertas autoridades en algunas partes buscan negarlas, disminuirlas y
menoscabarlas.
Corresponde luchar
por un nuevo tipo de Derecho auténticamente democrático y progresivo, acorde a
la realidad concreta y las principales necesidades sociales.
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Abg. Nicolás Gualle
ASESOR JURÍDICO
DOCENTE DE DERECHO GENERAL
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