-Introducción
Para quienes nos
encontramos a las puertas de graduarnos de abogados y sobretodo quienes ya
ejercen la profesión, se presenta una constante lucha teórica, personal y
colectiva: ¿en qué tendencia jurídica sustentar el ejercicio de la profesión?,
¿abogado para qué?, ¿abogado de quiénes?, ¿hacia dónde va la evolución histórica
del Estado y del Derecho?, ¿cómo aportar valor a la sociedad desde la
abogacía?, ¿cómo ser un abogado honesto y al mismo tiempo cobrar honorarios
justos para vivir dignamente?.
Sin duda alguna son
preguntas complejas que requieren riguroso análisis histórico y científico.
Incluso no son de debate exclusivo de los profesionales del derecho o
similares, sino que involucran al conjunto de la sociedad.
En este ensayo se
presenta un análisis y varias propuestas al respecto. Sirvan estas líneas para
contribuir a direccionar un correcto ejercicio de la profesión y principalmente
luchar [con el acumulado jurídico democrático e histórico] por una nueva
sociedad.
-ORÍGENES DEL ESTADO
Y DEL DERECHO
En las escuelas y
facultades de derecho o jurisprudencia existe una fuerte tendencia a omitir
este tema de gran importancia, o a lo sumo se lo trata de forma escolástica (al
margen de la realidad) y en un par de clases.
Conocer el origen del
Estado y del Derecho es importante pues nos permite indagar el pasado de la
humanidad, cómo vivían, como producían y cómo se gobernaban. Sin comprender
esto, es prácticamente imposible crear leyes justas y a favor del pueblo. Sería
tanto como pretender ser médico sin conocer la evolución biológica de las
enfermedades y de los tratamientos.
Los antropólogos
tienden a situar entre 150 a 200 mil años el tiempo de existencia del Homo
Sapiens arcaico, y concretamente nuestra especie actual hace 40 mil años.
Durante varias decenas de milenios vivimos en Comunidad Primitiva, donde
existía el matriarcado (las familias se agrupaban en torno a las madres y
abuelas), el alimento y la vestimenta se conseguían en base a la caza, pesca y
recolección de flores, frutos y raíces. No existían la propiedad privada, las
clases sociales, el Estado ni las religiones y tampoco la pareja monogámica. El
único derecho existente eran las normas consuetudinarias de la tribu elaboradas
en beneficio de la colectividad.
Pero este régimen
social fue concluyendo por varios factores: se inventó [accidentalmente] la
agricultura y se domesticaron animales antes salvajes, todo esto generó el
asentamiento en territorios concretos y un excedente de producción que fue
apropiado por los grupos más fuertes y minoritarios de las tribus. En este
proceso nace el concepto de propiedad privada, nacen las clases sociales (unos
trabajan, otros viven del trabajo ajeno, otros gobiernan), la humanidad pasa al
régimen esclavista. Lógicamente todo esto generó luchas sangrientas entre
tribus y dentro de cada tribu, entre quienes querían esclavizar y quienes
deseaban volver al pasado de la comunidad primitiva. Para contener dichas
rebeliones nacen cuerpos armados de los propietarios y que al mismo tiempo eran
los nuevos gobernantes, surge entonces el Estado (un estado difuso y primitivo,
pero estado al fin y al cabo), y el Derecho positivo, que en esencia pretendía
imponer el esclavismo al resto de la comunidad.
Todo este proceso de
la revolución agrícola surgió hace aproximadamente 8 mil años y podemos
encontrar rasgos del mismo en civilizaciones tan antiguas como los Sumerios,
donde se presentan los primeros esbozos de Estado y de Derecho.
Es decir, el Estado
nace como una máquina burocrático – militar en manos de una clase social para
aplastar la resistencia de las demás clases sociales; ‘burocrática’ porque se
estructura en base a ministerios, dependencias públicas, gobernaciones,
tribunales, parlamento, entre otros, y militar porque el poder estatal se
sustenta en las armas para poder imponer la autoridad de un grupo contra otro.
El Estado no nace de ningún ‘pacto social’ como pretenden los teóricos de la
burguesía , sino como producto de las contradicciones irreconciliables de las
clases sociales. El Estado no es en modo alguno el ‘poder público’, sino el
poder de la clase dominante. De ahí tenemos los ejemplos históricos de los
Estados esclavistas, feudales y capitalistas.
En ese mismo camino,
el Derecho nace como un conjunto de normas que en esencia expresan la voluntad
de las clases dominantes, más allá de que esto sea presentado como ‘orden
público’, ‘voluntad soberana del pueblo’, etc.
Sólo existen dos
tipos de Estado que expresan el poder y la voluntad de las clases trabajadoras:
a) el Estado Socialista, expresión de la ‘dictadura del proletariado’ y b) el
Estado de Nueva Democracia, expresión de la dictadura popular.
Una vez que conocemos
esto como profesionales del derecho e intelectuales progresistas ya no podemos
ni debemos caer en la trampa burguesa de creer que el Estado es un órgano
‘a-clasista’ es decir al margen de las clases sociales y tampoco pensar que el
Derecho es para el ‘bien de todos’ pues es simplemente la voluntad de una u
otra clase social en el ejercicio del poder. Ejemplos de esto abundan en nuestro
país, como son los casos de las Asambleas Constituyentes de 1998 y del 2008,
cada una representa a un grupo de las clases dominantes y confeccionan normas
jurídicas supremas según sus intereses, ya sea más hacia la gran empresa
privada o más hacia la burocracia dorada.
También no está de
más recordar que el Derecho, como todo en la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento, está en constante cambio y movimiento. No existe ni puede existir
un derecho ‘eterno’, al margen de la realidad histórica y social concreta. Cada
norma consuetudinaria o positiva, cada constitución, códigos, leyes, etc., van
cambiando según sean las condiciones de la vida económica, ciencia y
tecnología, y de la lucha política dentro de cada sociedad.
¿Ejemplos?
• El divorcio se estableció
oficialmente en Ecuador en 1904; la unión de hecho en 1982.
• El 1º de Mayo de
1886 la huelga de trabajadores de EEUU conquistó la jornada de 8 horas
laborables. Antes se trabajaba hasta 18 horas diarias.
• La Constitución
Soviética de 1936 en su Art. 109 determinaba que los JUECES SEAN ELECTOS por
votación popular.
• El derecho espacial
surgió a partir de 1960 con el lanzamiento de los primeros satélites; y, el
derecho electrónico a partir de 1995 cuando se va popularizando el internet.
-FUENTES DE LOS
DERECHOS, LIBERTADES Y GARANTÍAS SOCIALES
Actualmente vivimos
en el sistema capitalista – imperialista a nivel mundial y en el capitalismo
burocrático (semi-colonial y semi-feudal) a nivel nacional. Es decir estamos en
una fase histórica reaccionaria y regresiva, donde muchos derechos, libertades
y garantías sociales van siendo eliminadas o reducidas gradualmente. Por
ejemplo, las libertades de expresión, asociación, de prensa y huelga son
reducidas, así como el monopolio destruye la libertad de empresa de los
pequeños y medianos propietarios; también tenemos el caso de condiciones de
explotación laboral que los códigos del trabajo pasan por alto, etc.
En este sentido, los
profesionales del derecho y los intelectuales progresistas tenemos el deber de
buscar las fuentes históricas democráticas del derecho en las cuales poder
sustentarnos para la defensa, reconquista y ampliación de los derechos
sociales.
Personalmente este
acumulado jurídico histórico democrático lo expongo en 4 sub-grupos:
1. Los Derechos
Naturales.-En la Naturaleza existen leyes y principios que rigen su propio
desarrollo tales como la ley de la contradicción, ley de la selección sexual,
ley del cambio dialéctico, entre otras. Esto involucra a los seres humanos como
especie pues somos parte de la naturaleza. De tal forma que tenemos derechos
naturales universales, anteriores, superiores e independientes del derecho
consuetudinario y del derecho positivo. Por ejemplo, el derecho a la vida,
derecho a disfrutar de los beneficios de la naturaleza como el sol, el aire
puro y fresco, los ríos y mares, el derecho a la satisfacción sexual, etc.
Muchos de estos derechos fueron anulados con el aparecimiento de la sociedad de
clases, específicamente a partir del esclavismo, y posteriormente han ido
siendo recuperados a lo largo de siglos y en el curso de rebeliones y
revoluciones.
2. La Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano (Francia – 1789) .-Constituye un gran
triunfo de las ideas democráticas y liberales de la burguesía en su fase
revolucionaria de los siglos XVII y XVIII. Se logró aplastar el viejo mundo
feudal y colonial, a los reyes y a la dinastía eclesiástica. Nacen una gran
cantidad de nuevos derechos y libertades civiles, se constituye el Estado
moderno. Pese a sus limitaciones históricas, es un importante instrumento
jurídico que se recomienda estudiar y analizar para extraer algunos elementos
avanzados del mismo. Y no olvidar que el fascismo, corriente reaccionaria
disfrazada de ‘nacionalismo’ y ‘socialismo’, pretende precisamente destruir los
derechos y libertades establecidos a partir de la Revolución Francesa de 1789.
3. La Declaración de
los Derechos del Pueblo Trabajador y Explotado (Rusia – 1918) .-En este gran
instrumento jurídico encontramos muchos conceptos nuevos y realmente
revolucionarios como la obligatoriedad del trabajo, la democracia soviética
[los consejos de diputados obreros, campesinos y soldados], el derecho del
pueblo trabajador a tener armas, entre otros. Su importancia radica en que la Revolución
Rusa de Octubre de 1917 marca el fin de las revoluciones burguesas de los
siglos XVIII y XIX y abre el camino de las revoluciones proletarias de los
siglos XX y XXI. Pese a que esta declaración es desconocida en las escuelas de
derecho y entre los abogados, debemos estudiarla, analizar y buscar formas de
aplicación creadora según el momento histórico actual.
4. La Declaración
Universal de los Derechos Humanos (1948) .-Finalmente tenemos esta famosa y
gran declaración de los derechos humanos, que no fue realizada en un momento
común y corriente o en frío, sino en pleno triunfo de la Unión Soviética y los
Aliados contra el eje nazi – fascista – militarista (Alemania, Italia, Japón),
en un contexto de triunfo de las fuerzas democráticas y anti-imperialistas en
todo el mundo. Por ende, es un instrumento jurídico válido para la lucha por la
defensa, reconquista y ampliación de los derechos, libertades y garantías
sociales.
-EL ROL DEL ABOGADO
EN LA SOCIEDAD
En la sociedad
actual, por norma general, se ve al profesional del derecho como a alguien que
si bien se le necesita para ciertos trámites y procesos, es una persona
‘mercantilista’, ‘de pocos escrúpulos’, etc. Es decir, tiene una imagen social
de honestidad devaluada. Y no es para menos, pues si bien existen abogados que
hacen honor a la profesión [contribuyendo con un trabajo honesto y eficiente,
con publicaciones jurídicas, desde la academia, aportando con la lucha social,
etc.], también hay una cantidad considerable de oportunistas y vividores o indiferentes
a los problemas sociales y nacionales.
Históricamente el
gremio de los abogados ha cumplido dos papeles distintos: en muchos casos como
defensores de grandes empresas, gobiernos corruptos, hacendados, mafias
organizadas, sirviendo a los estamentos reaccionarios del Estado… y en otros
casos –menos numerosos- como defensores de sindicatos y comunas, de los
derechos y libertades civiles, contribuyendo al desarrollo de los pequeños y
medianos propietarios, haciendo consultoría y asesoría legal, etc.
En este punto, muchos
estudiantes de derecho y abogados preguntarán: ¿entonces de qué vivimos? Desde
luego todos tenemos necesidades económicas y aspiraciones personales, pero se
puede y debe buscar formas de sobrevivencia sin que eso implique prostituir
principios y valores sociales y morales o servir a intereses ajenos al pueblo y
el país.
En base a
experiencias propias y ajenas, a lecturas académicas y perspectivas sociales,
he aquí un listado de actividades económicas que potencialmente serían factibles
para los abogados democráticos:
-realizar consultoría
y asesoría legal en materia civil
-ser asesor jurídico
de sindicatos, comunidades, gremios, barrios o PYMES
-trabajar en ciertas
ONGs que aporten valor a la sociedad
-dar cátedra
universitaria
-trabajar en Notarías
-el libre ejercicio
de la profesión individual o colectivamente
-realizar
publicaciones jurídicas técnicas o doctrinarias
-e incluso trabajar
como empleado público o privado en estamentos medios y/o bajos, es decir desde
posiciones que no impliquen ser parte de la trinca y la politiquería de las
altas esferas del viejo poder
Hay que ser
conscientes que la vieja generación de abogados fenece y va dando paso a nuevos
profesionales del derecho que se aprestan a ejercer la abogacía en medio de un
mundo lleno de injusticias y contradicciones, de cambios e innovaciones permanentes.
El viejo arquetipo
del abogado ‘vividor’ y ‘rico’ separado del pueblo, NO SIRVE al desarrollo de
la sociedad. Corresponde forjar nuevos estudiantes y profesionales del derecho
en base a un espíritu altruista, científico, democrático y colectivista.
-HACIA UN NUEVO TIPO
DE ESTADO Y DERECHO
El mundo camina hacia
grandes acontecimientos. Los actuales sistemas y civilizaciones: viejos,
injustos y contradictorios, terminarán hundiéndose y nacerán en su lugar otros,
más avanzados, más justos. En ese camino los estudiantes y profesionales del
derecho tenemos una responsabilidad enorme. Podemos mirar hacia otro lado
mientras todo esto sucede, o incluso peor ponernos del lado de quienes oprimen,
explotan y saquean, o unirnos a las clases populares, a los trabajadores, y
luchar junto a ellos por construir una nueva sociedad utilizando el
conocimiento jurídico histórico y democrático.
El viejo Estado
burgués, tanto en sus versiones demoliberal como fascista, es obsoleto,
desfasado del desarrollo histórico de la sociedad, corresponde su reemplazo por
una nueva estructura política y jurídica, que responda a los intereses de las
mayorías, sobretodo de trabajadores.
¿Quiénes deben
gobernar?, ¿quiénes deben legislar?, ¿quiénes deben administrar justicia y
fiscalizar? … En el actual sistema esto es realizado por unas cuantas centenas
de personas que funcionan como una argolla, y se van turnando periódicamente en
el ejercicio del poder.
Lo que necesita el
pueblo y el país es que existan consejos de obreros y campesinos, así como
asambleas populares que se constituyan en los órganos básicos para gobernar,
legislar, administrar justicia y fiscalizar. Es el momento histórico de que el
proletariado y el pueblo sean quienes dirijan el país.
Al fin y al cabo,
partamos de un enunciado práctico y científico: ‘el trabajo es la fuente de
toda riqueza, sin excepción’: calles, avenidas, edificios, ropa, alimentos,
medicinas, vehículos, etc., todo eso es obra del trabajo colectivo de cientos
de miles e incluso millones de obreros, campesinos y otras clases trabajadoras.
Entonces si ellos producen la riqueza del Ecuador, son ellos quienes por
derecho y obligación deben gobernar.
En cuanto al derecho
hay que combatir toda la ficción positivista y escolástica con las que están
barnizadas las leyes y escuelas jurídicas burguesas. Han llegado al punto en
que todo tiene que estar vigilado por el Estado, principalmente por medio del
derecho penal, y en el que se trata de resolver todo con cárcel, penas
pecuniarias, sanciones, etc. Más aún tenemos una constitución garantista de
‘papel’, es decir se escrituran muchos derechos para los ciudadanos, que el
derecho a la vida, que el derecho al trabajo, que el derecho a la propiedad,
que el derecho a vacaciones, etc. Pero… NO existen mecanismos prácticos y
concretos que permitan la garantía real y tangible de tales derechos. Por
ejemplo, decir que existe el derecho al trabajo a los ciudadanos sin tener
planes estatales de producción industrial y comercial, es tanto como una burla.
En este sentido hay
importantes avances en las legislaciones soviéticas y china, cuando el
proletariado estaba ejerciendo el poder, y cada derecho tenía una garantía real
y concreta para ejercerlo. Por ejemplo, transcribimos el Art. 119 de la
Constitución Soviética de 1936: “Artículo 119.— Los ciudadanos de la URSS
tienen derecho al descanso. Garantizan el derecho al descanso la jornada
laboral de siete horas para los obreros y empleados y su reducción a seis horas
para las profesiones cuyas condiciones de trabajo son difíciles, y a cuatro
horas en las secciones en que dichas condiciones son especialmente difíciles;
las vacaciones anuales pagadas para los obreros y empleados, y la existencia de
una extensa red de sanatorios, casas de descanso y clubs, puestos a disposición
de los trabajadores.” Como vemos la estipulación del derecho se complementa con
la respectiva garantía real y concreta para ejercerlo, caso contrario, y como
sucede con la mayoría de constituciones burguesas en el mundo, son derechos de
‘letra muerta’, o como en el caso de Ecuador, derechos con ‘garantismo de
papel’.
En definitiva nuestra
sociedad requiere de un nuevo tipo de Estado y de Derecho, acorde a los avances
sociales y tecnológicos, pero principalmente que responda a las necesidades
económicas y políticas del pueblo. Esto no es quimera ni utopía, sino ciencia,
justicia y comprensión dialéctica del devenir histórico.
Abg. Nicolás
Gualle
ASESOR
JURÍDICO
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