‘Contra el machismo y el feminismo extremo, luchemos por la equidad de género’
ÁMBITO HISTÓRICO-JURÍDICO
El movimiento femenino nace a mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX con lideresas como Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Alejandra Kollontai, Marie Curie, entre otras; impulsado por las luchas sociales del creciente proletariado industrial europeo. En ese tiempo el mundo se encontraba en la fase final de las revoluciones democrático-liberales burguesas que pugnaban por derrumbar el viejo poder feudal y monárquico.
Las reivindicaciones principales del movimiento femenino eran:
· Derecho de la mujer a la educación
· Derecho de la mujer al divorcio
· Derecho de la mujer al voto
· Derecho de la mujer al trabajo remunerado
· Libertad sexual y reproductiva para las mujeres
· Rechazo a las guerras entre potencias
· Solidaridad y paz entre pueblos y nacionalidades
· Rechazo a las monarquías y dictaduras de todo tipo
Algunas de esas reivindicaciones fueron logradas y se insertaron en las normas constitucionales y demás derecho positivado de muchos países. Otras están pendientes.
INSTRUMENTOS JURÍDICOS DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES
El principal instrumento jurídico que avala los derechos de las mujeres lo encontramos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, establecida en el año de 1948 por los países Aliados, posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Adicionalmente tenemos la Convención Americana sobre Derechos Humanos suscrita en Costa Rica en 1969.
En el caso de nuestro país, existen una serie de derechos de las mujeres consagrados en la Constitución de la República del Ecuador, Código Civil, Código del Trabajo, Código Orgánico Integral Penal, Ley Orgánica de Participación Ciudadana, entre otros cuerpos normativos.
ALGUNAS CORRIENTES FEMINISTAS DE LA ACTUALIDAD
La lucha por los derechos de las mujeres es, sin lugar a dudas, muy importante en la evolución y desarrollo de la sociedad. Ahora bien, hay que distinguir una lucha genuina y con bases reales, a otros intereses y propósitos existentes por parte de ciertas corporaciones, líderes políticos y gobiernos.
Existen algunas corrientes feministas actuales que centran todo el problema de género como una dicotomía “mujeres versus hombres” en términos generales y abstractos. Se habla de un ‘sistema patriarcal falo-centrista opresor’ lo que en sociología e historia no tiene sustento alguno.
Este discurso no es gratuito en modo alguno, sino patrocinado por grandes intereses privados y gubernamentales, parte de agendas divisionistas y de distracción política y social, incluso con temas electorales.
EL EJE DEL PROBLEMA
En cuestiones biológicas, psicológicas y sociológicas hombres y mujeres no somos iguales, tenemos distintos órganos, hormonas, diferentes estrategias sociales y reproductivas, por ende, buscar una ‘igualdad abstracta’ no tiene sentido; lo importante es luchar por una ‘equidad de género’ es decir dar a cada quien lo que le corresponda, y de cada cual según su capacidad a cada cual según su necesidad.
Adicionalmente, hombres y mujeres ocupamos distintos escalones en la pirámide económica y social existente, así como hay hombres opresores también hay mujeres opresoras; es decir la lucha no es entre ‘mujeres versus hombres’, sino entre quienes trabajamos, producimos, generamos riqueza social contra quienes oprimen, explotan, corrompen sin distinción de género sean hombres, mujeres o como se definan.
POR LA FRATERNIDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Para que se forme un nuevo ser humano es necesaria la COOPERACIÓN entre una mujer y un hombre, no solo para concebirlo, sino también para cuidarlo y criarlo; para la sobrevivencia de la especie fue necesario el trabajo colectivo y mancomunado de hombres y mujeres: unos cazaban, otras recolectaban frutos, otras adecuaban la cueva y la hoguera, otros más curaban a los enfermos, etc.
La fraternidad y cooperación entre mujeres y hombres viene de nuestra esencia evolutiva, pero se ha contaminado y distorsionado a lo largo de milenios en las distintas épocas y civilizaciones, llegando a un punto extremo en la actualidad donde desde ciertas corporaciones, ONG’s y gobiernos se promueve una absurda e intensa ‘guerra de los sexos’, lo que no tiene ningún sentido pues hombres y mujeres somos complemento y no competencia.
Como abogados es nuestro deber no solamente realizar un eficiente ejercicio profesional relativo a las normas legales, sino también analizar los problemas actuales y difundir un mensaje científico-dialéctico en este Día de la Mujer.
Que se siga luchando por los derechos de las mujeres, en concordancia con los derechos de la sociedad entera y contra todo tipo de opresión, discriminación y corrupción.
Abg. Nicolás Gualle
ASESOR JURÍDICO
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