Por: Abg. Nicolás Gualle – 0998725157
Este ensayo va dirigido a mis colegas, ya sean profesionales en ejercicio, así como estudiantes de derecho, además del gran público en general que se interesa por estos temas.
Si eres un posible cliente te sirve para detectar a los buenos profesionales respecto de aquellos que no lo son, y, si eres abogado te servirá para ver qué puntos puedes mejorar.
1.-LA ESTÉTICA
El primer contacto entre dos personas que no se conocen o que recién se están conociendo es a través de la VISTA, todo lo que podemos captar, entender y conocer a través de mirar a la otra persona: su cuerpo, su vestimenta, su cabello, su mirada, su lenguaje corporal, su nivel de energía.
Como es adentro, es afuera, así de simple y sencillo. Lo que está en la mente y el corazón de un ser humano se ve SÍ o SÍ reflejado en su aspecto exterior. Y, OJO, aquí no hablamos de ser modelos o de vestir ropa carísima, simplemente que al BUEN ABOGADO (A) se le distingue (entre otros puntos que veremos más adelante) por una ESTÉTICA impecable.
2.-LA MAESTRÍA LINGÜÍSTICA
El don más preciado de un profesional del derecho es su capacidad lingüística, tanto oral como escrita, pues demuestra que conoce bien y a fondo no solo el DERECHO sino la CULTURA GENERAL, es decir es una persona leída, letrada, con recorrido y experiencia de vida.
3.-SU APORTE A LA SOCIEDAD
La abogacía es una profesión (como toda profesión, oficio o negocio) para obtener ingresos económicos a quien la ejerce. Sin embargo, el buen abogado (a) no solo espera sacar réditos de forma netamente egoísta, sino que aporta valor a la sociedad de múltiples formas tales como brindar una parte de sus conocimientos / tiempo a la sociedad, ya sea mediante publicaciones en páginas web y blogs, libros, programas radiales, análisis de prensa, etc.
Si un abogado (a) solo espera sacar réditos de forma excesivamente personal y egoísta (como muchos que están en el sector público, y ciertas jerarquías en el sector privado) entonces es posible que estés ante un mal profesional del derecho.
4.-TÍTULOS ACADÉMICOS
Esta es un arma de doble filo. Existen abogados que tiene varios postgrados y no encuentran trabajo ni tienen experiencia o ética; otros, tienen su título profesional y han logrado abrirse un nicho dentro del mercado social/laboral. No es matemático. Que un abogado (a) tenga más o menos postgrados NO lo hace más ni menos valioso, eso sí debes cerciorarte que tenga el título profesional del derecho y, obviamente, credencial habilitada.
5.-LA SEDE DEL DESPACHO
Algunos abogados (y clientes también) creen que un buen profesional del derecho debe tener un DESPACHO COSTOSO, LUJOSO, OSTENTOSO, lleno de muebles inmensos, pinturas de cuadros carísimos, dos o tres secretarias, etc.
Esto es un ERROR. Ese concepto del despacho de abogado lujoso se quedó atrapado en los años 80 del siglo XX. Hoy en día, con la masificación de las TICS, el abogado puede perfectamente tener una OFICINA VIRTUAL, en tanto que para recibir a los clientes puede hacerlo ya sea en una OFICINA MINIMALISTA de su propiedad, o en espacios de coworking.
6.-GOOGLEA SU NOMBRE
Hoy en día nada está oculto. La reputación de un profesional está de muchas formas en GOOGLE. Si quieres saber cuál es el recorrido, experiencia, hoja de vida, aporte social, etc., de un abogado (a) simplemente puedes buscarlo en GOOGLE con su nombre y apellido y podrás tener una valoración más objetiva y completa de dicho profesional.
ABG. NICOLÁS GUALLE
ASESOR JURÍDICO
0998725157
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