viernes, 24 de agosto de 2018

¿LLEGARÁ EL DÍA EN QUE TODA LA HUMANIDAD CONVIVA CON ARMONÍA Y JUSTICIA?


La respuesta rápida y concreta es un rotundo SÍ! Ahora bien, no será fácil ni rápido, pero hacia allá vamos, tarea que nos compete a todos y principalmente a las nuevas generaciones.
Desde que apareció la propiedad privada sobre los medios de producción (hace 10 mil años aproximadamente) la humanidad entera se ha visto envuelta en una serie de guerras, invasiones, masacres, rebeliones, revoluciones, crímenes, estafas, corrupción, juicios, tribunales y cárceles. Es la lucha despiadada por la sobrevivencia y la reproducción, pues todos (as) queremos de una forma u otra vivir bien y dejar nuestra descendencia en este mundo.
El problema viene cuando esa sobrevivencia y reproducción se la realiza de una forma caótica, egoísta, irracional, como actualmente se está dando en todo el mundo.
La sociedad entera se halla envuelta en una serie de grandes contradicciones. El derecho y los tribunales tratan de conciliar dichas controversias, pero no lo hacen como un ente imparcial o al margen de las clases sociales, sino siempre inclinándose hacia el grupo que más poder tiene, ya sea económico o político.
Sin embargo, este modelo fracasa una y otra vez. A lo largo del tiempo vemos desfilar por los palacios de gobierno a uno y otro presidente que en su tiempo de campaña prometían el oro y el cielo a sus votantes, y que luego, tan pronto como llegaron al poder, no sólo que no cumplieron lo ofrecido o lo hicieron de forma mediocre, sino que se enriquecen de formas muy corruptas y escandalosas.
Igualmente muchas leyes son letra muerta o sólo se aplican a conveniencia de ciertos sectores. ¿Nos extraña tanto esto? Pues no, así ha sido desde las civilizaciones sumerias, egipcios, griegos, romanos,…hasta las repúblicas y los gobiernos de nuestros días, y coincidencialmente en todas estas civilizaciones y sociedades existió/existe la propiedad privada sobre los medios de producción.
La propiedad privada en sí no es mala, pero aquella que es fruto del trabajo y méritos propios, y que cumple una función social. No aquella que es producto de la explotación laboral, los ilícitos, la corrupción, el latrocinio público, las guerras de opresión.
Pese a este panorama complejo, un sector de la intelectualidad tenemos optimismo. El conocimiento, la investigación, confieren un gran poder y sabiduría para comprender el devenir histórico. A pesar de todo, la humanidad camina hacia una época de grandes cambios, no se trata de meses o un par de años, serán varias décadas, pero el camino es inevitable.
Está en nuestra esencia genética y natural el ser altruistas, la cooperación, el apoyo mutuo, ser gregarios, vivir en tribus, en comunidades. Si no, simplemente nos hubiéramos extinguido hace 50 mil años cuando evolucionamos al Homo Sapiens y vivíamos en las cavernas, rodeados de bestias salvajes, peligros y un clima adverso.
El apoyo mutuo, el trabajo en equipo nos permitieron sobrevivir y reproducirnos en comunidad. Después vino la propiedad privada de las tierras, bosques, instrumentos de trabajo, personas…y lo demás es historia conocida.
El círculo se va cerrando, el sistema comienza a romperse por todas partes. No es la naturaleza ni el ser humano quienes están en crisis, sino un sistema ultra-egoísta, mercantilista, monopólico el que ya casi no resiste más. Tiempo más, tiempo menos. Para entonces, los intelectuales progresistas, los abogados en nuestro caso, debemos poner nuestro conocimiento, habilidades sociales y técnicas al servicio de las grandes causas sociales, para construir una nueva sociedad donde realmente brille la convivencia, con armonía y justicia.
Abg. Nicolás Gualle  
ASESOR JURÍDICO

No hay comentarios:

Publicar un comentario